Escribir sobre uno mismo,
pensamos y compartimos muchos psicólogos, es un ejercicio de gran validez para
conectar con las cosas importantes que nos pasan en nuestras vidas. Vivimos de
forma acelerada y necesitamos en más de una ocasión tener la
oportunidad de cuestionar nuestros planteamientos, nuestras actitudes, nuestros
comportamientos. Muchos de nuestros problemas de estrés y ansiedad tienen que
ver no con el ritmo trepidante de nuestras vidas, sino con la incapacidad para
detenernos a buscar soluciones adecuadas al mismo. Reflexionamos poco sobre si
lo que hacemos es realmente lo que queremos hacer, si nuestros propósitos son
realmente los nuestros y no los de otros, de dónde nos viene la insatisfacción y
tantas y tantas otras cosas que nos pasan con frecuencia. Cuando
escribimos sobre nosotros mismos podemos abordar de una manera
muy profunda todas estas cuestiones tan importantes para nuestra salud
psicológica y nuestra calidad de vida. Es decir, escribir te ayuda
a conocerte porque antes o después terminas por expresar lo que
sientes. Cuando escribes te vas liberando de tus pensamientos. Si algo te cabreaba llegas a ver que le dabas más importancia de la que en realidad tenía,
le quitas dramatismo y eso ocurre porque mientras escribes reflexionas;
no lo haces tan deprisa como pensado solamente. Escribir es terapéuticamente
una forma de reconstruirse.
Existen múltiples estudios sobre los
beneficios de escribir acerca de nuestras vivencias, traumas y dolores. Entre
ellas, podemos citar la conocida “terapia
del diario”
Este tipo de terapia basada
exclusivamente en la escritura ha demostrado la eficacia en la mejora de los
estados emocionales de las personas. Los pacientes que lo ponen en práctica,
han logrado una reconciliación de conflictos emocionales, disminución de los
síntomas depresivos, reducción de la ansiedad, mejoría en el sueño nocturno y
aumento de la autoestima.
Podemos decir que los ejercicios de escritura
emocional facilitan la tarea de secuenciar narratívamente los hechos
traumáticos permitiendo construir un puente entre quiénes éramos antes del
suceso y quiénes somos en la actualidad”
En definitiva, escribir la
experiencia en un diario te obliga a organizar y a integrar tus pensamientos y
vivencias. Dicho de otro modo, escribir te ayuda a darle sentido a tu
vida, a tus adversidades y traumas. Cuando una experiencia la dotamos de
sentido y estructura, parece mucho más manejable que cuando se representa
mediante una mezcolanza de pensamientos e imágenes caóticas.
Por lo tanto, lo
que podemos conseguir a través de esa escritura es ser un poco más felices.
No hay comentarios:
Publicar un comentario